martes, 9 de abril de 2013

Dictátor (2)


La tarde era apacible, ya que la brisa no era capaz de sobrepasar la ventana de la habitación. Pero sí los rayos de luz. Ésta era considerablemente grande, y por la acción de estos, destacaban los colores caoba de los muebles, principalmente estanterías, repletas de libros de diversos tamaños, situados tras un cristal que formaba parte del mueble.
En el medio de la habitación se encontraba bien colocada una mesa fabricada con la misma madera caoba, haciendo juego con lo demás.
Sentado frente a ella, se encontraba un chico, estudiosamente leyendo unos papeles. Alguien entró en la habitación, hecho que hizo al chico levantar la cabeza. Este acto reveló los rasgos de su rostro, extremadamente joven y pueril, contrastando con los del hombre recién entrado, los cuales eran afilados y maduros.
La voz áspera del hombre se dirigió al joven:
-¿Ya has terminado los ejercicios de matemáticas?- el hombre dirigió su mirada expectante al joven.
-Sí, doctor. Al principio me he sentido confuso con los nuevos que me ha entregado, pero aplicando la norma que usted me enseño ayer, los he resuelto todos - el joven devolvió la mirada al doctor, añadiendo una pequeña sonrisa al final.
-Perfecto, Bleyk. Siempre he estado orgulloso de tu capacidad- el joven, Bleyk, miró hacia abajo, en un gesto de auto-satisfacción- Ahora es el momento de la clase de historia. Diría que esta es una de tus asignaturas más importantes, así que presta atención. Como ya te conté anteriormente, nuestra historia comienza en la Guerra de la Liberación, mediante la cual logramos desligarnos del yugo de los Opresores, por ello fue totalmente vital para nuestra constitución como Unidad. 
-Doctor, ¿podría hacerle una pregunta? -el doctor asintió- ¿De dónde venían esos "opresores", y quiénes eran?
-Esa es una muy buena pregunta, la responderé gustoso. Los Opresores provenían de un lugar llamado Erth, o en otras fuentes, Tierra o Terra. Ese mismo lugar fue contaminado y destruido por ellos, con las mismas técnicas con las que nos oprimían, por ello es un nombre maldito, que trae desgracia por donde se escuche. Pero nosotros les hicimos frente, luchamos por nuestra libertad y la conseguimos. Por ello no debemos olvidar nuestro pasado, envuelto en luchas por la justicia universal. Recordando esto hacemos honor a los caídos por nosotros. La vida de la que gozamos ahora, en nuestra Unidad, que como bien sabes, se halla constituida por varias regiones, posee unas características que son esenciales para entender nuestro alrededor.
Pero sobre todo recuerda: Varias regiones, pero solo un Estado. Solo un único poder legítimo, tu mismo padre, El Lord.
De repente, el doctor sintió una vibración en su reloj, y una voz robótica le anunció la hora.
-Creo que me he excedido algo en la lección, así que debo irme de inmediato. Prepara los ejercicios de biología para mañana, Bleyk. Nos vemos.
El doctor de retiró de la habitación, y Bleyk se quedó solo. Su mirada comenzó a inspeccionar los elementos de la habitación como si fuera la primera vez que los hubiera visto.
Los muebles caoba, la gran cantidad de esos libros de papel...Pero lo que más atrajo su atención fue una lámpara, cuyo aspecto era bastante antiguo. Se levantó de la silla y se acercó lo suficiente como para leer "1950.London". Su fascinación aumentó al recordar que todo era una simple plantilla. Ni los muebles eran de madera, ni la lámpara tenía esa inscripción grabada. Palpando encontró el botón adecuado, que hizo aparecer una pequeña consola. Manejando esa consola accedió a un menú, en el que estaba seleccionada la opción "Estudio inglés". Buscando entre las opciones encontró "Naturaleza", y la seleccionó. En cuestión de segundos las habitación cambiaba drásticamente, convirtiéndose los muebles en troncos de fuertes árboles, la mesa en una pequeña meseta de piedra, y la lámpara en una planta fluorescente, parecida a un gran hongo luminoso.
Este proceso, habitual para él, despertó su curiosidad en cierto modo, no por el cambio, sino por la plantilla "Estudio inglés". Muchas veces el doctor había usado esa plantilla, pero nunca le explicó de dónde procedían esos colores y ese estilo tan particulares, y él tampoco se lo había preguntado a sí mismo.
Decidió abandonar la habitación, y se dirigió a la puerta. Esta se abrió con un toque y dejó al descubierto una especie de ascensor metálico y luminoso, en el que se dispuso a entrar.
Una de las paredes era un espejo, en el que se vio reflejado. En lo primero en lo que se fijó fue en sus ojos, azules como el mar, que resplandecían al contacto con la luz del ascensor. Lo siguiente fue su pelo rubio, liso  y brillante, descansando sobre su frente. Su rostro mostraba sus rasgos imberbes e infantiles, a la vez que su mandíbula, casi adulta, enseñaba cómo le quedaban pocos años para abandonar esa edad adolescente.
El ascensor se abrió, mostrando un pasillo con varias puertas. 
Se dirigió a la de la derecha y la abrió, utilizando su mano, la única llave. La puerta lo confirmó como Bleyk Stigwarth, y cedió paso a su habitación.
Ésta se hallaba totalmente vacía, sin muebles ni ventanas. Bleyk se dirigio a una pared y obtuvo una consola, con la cual fue capaz de cambiar la plantilla de su habitación. Seleccionó "Habitación Energética", e inmediatamente surgió una gran mesa de colores vivos, junto a una cama de apariencia cómoda, muy luminosa. Se sentó frente a la mesa, y se dispuso a realizar los ejercicios de biología del doctor. Justamente, en una esquina de la hoja se hallaba la firma del doctor: Doctor Hwayt. 
Siempre le había llamado la atención el hecho de que el doctor se apellidara de una forma parecida a la palabra "wayt", la cual significaba "blanco". Solo una leve aspiración distinguía su apellido de esa palabra.
Sin más dilación, comenzó a realizar los ejercicios. 
Éstos eran más de lo que había pensando, y empleó bastante tiempo en completar la mitad de ellos. En sus ojos se sentía el cansancio de la inteligencia, y sus largas pestañas hacían el amago de plegarse. Con la consola apagó la mayoría de las luces, dejando iluminada solamente la mesa. Así se podrá concentrar en terminar los ejercicios por completo.
Poco a poco, el influjo de Morfeo se fue apoderando de su mente, tentándolo inconscientemente a adentrarse en un mundo nuevo, en el cual terminó por sumergirse, dejando tras de sí sus puertas oníricas cerrándose lentamente, entrando en aquel sueño tan familiar...


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